Los profesionales de la salud a menudo recomiendan suplementos si tienes determinadas enfermedades, estás en riesgo de padecerlas o tienes una deficiencia de nutrientes en tu dieta. Por ejemplo, podrían aconsejarte que tomes un suplemento de hierro si tienes anemia, o calcio y vitamina D si tienes riesgo de sufrir osteoporosis. Pero eso no significa que siempre sea seguro tomar suplementos, ya que pueden tener efectos secundarios y riesgos.
Aunque muchos suplementos tienen beneficios conocidos para el bienestar y son, por lo general, seguros, también existen riesgos que debes tener en cuenta. En algunos casos, los suplementos pueden ser peligrosos; por ejemplo, si se toman con otros medicamentos recetados, antes de una cirugía, durante el embarazo o la lactancia, en cantidades mayores a las recomendadas, o si se toman para un problema médico no confirmado.
Además, los efectos de muchos suplementos no se han probado en niños, mujeres embarazadas y otros grupos. Por todo esto es importante que hables con tu médico si estás pensando en tomar algún suplemento. Los riesgos relacionados con el consumo de un suplemento dependen del tipo de suplemento, la dosis, el motivo por el que lo tomas y factores como tu salud general y los medicamentos que tomes.
El consejo de los profesionales de la salud no es evitar tomar suplementos en general, sino no bajar la guardia al usarlos. A continuación te mostramos las diez cosas que debes saber si estás pensando en incorporar un suplemento a tu régimen de bienestar.